Las radios musicales españolas se adaptan a la Web 2.0
El rápido desarrollo de las tecnologías de la comunicación en los últimos años ha ido produciendo un inevitable efecto en los medios de comunicación que ahora se enfrentan a nuevos retos en su día a día. Una radio musical se limitaba antes a poner la música que sus oyentes querían escuchar, sin embargo hoy en día actúa como agencia de prensa musical, manteniendo a sus oyentes al día de la última hora sobre sus artistas favoritos, además de producir eventos y actuar como agente recomendador de multitud de servicios en torno a otros centros de interés de su audiencia.
Además de todo esto se le exige a la radio una cercanía antes impensable. El oyente quiere contactar con el Dj, con la redacción de la página web, con el community manager y hasta con el director de la cadena si fuera necesario. Y ¿para qué? para participar. Los oyentes ya no suponen la parte pasiva del acto comunicativo, ya no se limitan simplemente a estar a otro lado escuchando lo que la radio les ofrece, no. Necesitan influir y decidir qué suena y qué no, aportar sus opiniones y que estas sean difundidas por el medio para compartirlas así con los demás oyentes. Han pasado de ser oyentes pasivos a oyentes activos o, en los casos más llamativos, interactivos.
Esto obliga a una mayor interactuación de las radios aprovechando las ventajas que da la Web 2.0 y sobre todo las redes sociales. Es obligado que un medio esté presente en aquellas redes de uso más común (Twitter o Facebook) y que genere y comparta contenido en ellas permitiendo así que los oyentes interactúen.
Según un estudio que analiza el nivel de adaptación a la Web 2.0 de las principales radios musicales españolas (40 Principales, Cadena Dial, Europa FM, Cadena 100 y Rock FM), el gran asunto pendiente es la personalización de contenido; esto es, darle la capacidad al usuario de no sólo opinar sino producir sus propios contenidos que puedan ser compartidos a través de la radio. No estamos hablando de convertirlos en periodistas o dj’s ni de que le vayan a quitar el puesto a los que trabajan en el medio, pero sí de darles un papel más protagonista y activo.
Existen en la actualidad multitud de cauces por los que recoger audios de los oyentes, y estos tienen infinitas posibilidades para grabarlos. Algunos serán más de andar por casa, otros más profesionales, pero seguro que todos estarán hechos con la ilusión de alguien que está al otro lado y que desea sentirse parte de la gran comunidad de la radio. Es comprensible que los medios sean recelosos de dar este paso, miedo a perder la línea editorial, el rigor, la seriedad…Pero según apuntan los expertos, será el paso decisivo para el cambio definitivo en la forma de entender la radio.
Si nos fijamos específicamente en las radios musicales vemos que en los últimos años han proliferado multitud de opciones que han surgido directamente en el seno de internet como Spotify, iRate, Last.FM… En este tipo de opciones es el usuario quien elige el contenido que desea escuchar, genera sus propias playlists y las comparte. Esto deja claro que el nuevo prosumer del siglo XXI desea, no sólo tomar él las decisiones de qué escucha y cuándo lo escucha, sino también quiere participar en el proceso de creación del contenido de forma amateur.
La radio no es solo contar la vida de la gente, sino sobre todo escuchar la vida de los demás. Carlos Herrera
Como dijo Carlos Herrera, la radio no es sólo contar la vida de la gente sino sobre todo escuchar la vida de los demás; por tanto oigamos qué tienen que decir los oyentes en esta nueva era digital, al fin y al cabo ¿qué es lo peor que podría pasar?, ¿que tuvieran audiencia?. 😉
Referencias bibliográficas:
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Déborah Sabina
