Entrevista periódico El Día · Jesús Hermida

ace algo más de un año que se iba una de esas personalidades que dejan huella en todos los que tienen la suerte de toparse con él a lo largo de la vida. Dudo que una sola persona que haya cruzado más de media palabra con el gran maestro del audiovisual Jesús Hermida, no sienta que algo que le dijo le marcó o al menos llamó su atención haciéndole reflexionar. Siempre suelo decir que no hablaba, citaba. Fue una persona que pasó toda la vida anotando frases e ideas de otros en servilletas para luego almacenarlas en cajas de zapatos, conformando su personal base de datos de historias que luego reproduciría fielmente. Una de esas cajas de zapatos incluso contiene un Oscar, una de esas preciadas estatuillas que no se sabe cómo llegó a parar hasta allí pero que también forma parte del maravilloso universo hermidiano que pude conocer de cerca cuando me dio clase durante un curso entero en Madrid. Siempre le estaré agradecida a mi difunto abuelo por haber hecho el gran esfuerzo de costearme esos viajes cada fin de semana a la capital y ese exclusivo máster que sólo unos pocos elegidos pudimos cursar. Aun retumban en ocasiones sus primeras palabras en mi cabeza, ese reto que me lanzó nada más verme por primera vez ante una cámara, un enorme halago y a la vez una obligación de no bajar la guardia, me dijo: «tienes un don, a ver qué hacer con él».

Me hizo saber en cierta ocasión que le gustaba la H al final de mi nombre, como un sombrero que me adornaba, hoy esa letra me recuerda que llevo su apellido en mi curriculum profesional, pero también su recuerdo en mi corazón. Ser una chica Hermida, con H, es un privilegio, pero también una enorme responsabilidad.

Pinchando en la imagen se puede descargar la entrevista que me hicieron en el periódico El Día en la que conté algunas anécdotas, aunque la lista es infinita.